El autor de novelas como Dame pan y llámame perro, Subterfugio y Succión, presenta ahora un relato de terror ambientado en el sur de Chile, entre Valdivia y la comuna de Corral. Su protagonista es Nelson, carabinero de veinticinco años, dado de baja por abusar de su poder en una protesta callejera santiaguina. Su “castigo” es ser derivado a Corral, donde debe acompañar a un ex militar, don Manolo, quien pasa sus últimos días en una residencia para adultos mayores. De regreso en la casa paterna, en la ciudad de Valdivia, Nelson ignora que es el mismo anciano quien lo ha mandado a llamar, y que esconde un pasado en el que actuaba con otro nombre, y que involucra a muchas otras personas, entre ellas, al padre de Nelson, a su tío viudo (ambos carabineros jubilados con míseras pensiones), y a la enigmática señora Ernestina, “la mujer de los lobos”, a quien el padre de Nelson le debe millones de pesos. Ella, una acaudalada propietaria aficionada a la pintura, pena la muerte de su único hijo, Arturo, fallecido en la tragedia de Antuco, el año 2005, donde 44 soldados y un sargento murieron congelados como parte de un ejercicio militar.
Kevin, el amigo traumatizado por no haber podido salvar a Arturo en la tragedia que él sí sobrevivió, es otra víctima indirecta de las decisiones de don Manolo como autoridad en la fatídica expedición, y es apadrinado por la señora Ernestina, con la que mantiene una excéntrica relación. Juntos orquestan un truculento plan (que involucra al senil e impune militar de la residencia, quien jamás fue condenado por esta y otras previas decisiones) con Nelson como vengador chantajeado. Progresivamente, recabando información de su entorno y escuchando los interminables monólogos del anciano, quien repasa hitos históricos, como el terremoto de 1960 en Valdivia y el internado para niños del que fuera director, Nelson comprenderá quién es realmente don Manolo y de qué modo ha alterado las vidas de todos los que conforman su circuito inmediato. Para saldar la millonaria deuda de su padre, Nelson deberá obedecer una vez más, y hacer justicia con sus propias manos.
Corral es una novela de terror, que se vale de la estética gótica para cursar su denuncia, a través de un narrador heterodiegético quien, con reveladora omnisciencia, desnuda a cada personaje para mostrarnos sus más recónditas intimidades y motivaciones. Paseándonos por lugares emblemáticos de la Región de los Ríos; por Valdivia, Corral, con sus fuertes, paisajes, flora y fauna particulares, Corral produce una atmósfera opresiva, psicológicamente cargada de pulsiones tan humanas como la venganza, el sentimiento de inferioridad, el orgullo y el instinto de conservación.
Alejandra Wolff Rojas, artista visual, académica de la Universidad Católica y encargada del centro de documentación del Museo Nacional de Bellas Artes, presentará la novela, y adelanta: “La escritura de Nicolás Poblete es sensorial. La forma de narrar la violencia, la mirada que se posa sobre los escenarios, todo en la novela es atmosférico, incluso el odio, que se va construyendo en cada reflexión de Nelson. Como en novelas previas, se palpa la perspectiva de género, donde destacan poderosos personajes femeninos. Asimismo, el eje de la memoria resulta fundamental, y en él brilla la noción de archivo, ese pasado que retorna como fantasma, como muerte, incluso como una marginalidad que tiene olor y es gélida”.
Sobre la novela:
“Corral es una novela cuyas imágenes (como el terror en aquellos insondables ojos) se quedan largamente impregnadas en la memoria, esa que a Nicolás Poblete le sirve de espejo y pantalla para proyectar un relato que atraviesa el thriller político, la novela negra y hasta el folk-horror con la seguridad que le brinda su prosa impredecible.
Este es un relato de machos condenados al peor de los castigos, la indiferencia, y de seres incomprendidos que viven relegados por culpas que no asumieron. Historia y masculinidad tóxicas sirven de códigos para un ajuste de cuentas a la chilenidad más horrorosa, un juicio literario en clave noir, una disección sin anestesia al corazón de un país perpetuamente acorralado por sus propios miedos”.(Pablo Illanes)
“En el sur de Chile dos hombres conviven entre la culpa y la impunidad. El paisaje agreste, salvaje de la Región de los Ríos, sirve de escenario para que en un hogar de ancianos confluya más de una miseria de nuestra historia: la de nuestra colonia, vista a través del sistema de fortificaciones, ahora meras ruinas; la devastadora tragedia de Antuco, el año 2005; la represión policial durante el estallido social en el 2019…
El silencio de varios hombres de vidas truncadas gira, directa o indirectamente, en torno a extensos monólogos del anciano manipulador en estado de decrepitud. De modo sutil se va componiendo un plan, a través de pequeñas revelaciones del pasado: en el filo de un cuchillo entre el internado de menores y un hospicio, entre los años 60 y el presente. Pueblos, fantasmas y viento sostienen la atmósfera eléctrica antes de la próxima tormenta. El misterio del pasado y sus esquirlas –deudas, muertes violentas, abusos– habitan en entrelíneas hasta que un sorpresivo desenlace irrumpe la quietud de los hechos. Como en narraciones previas (En la isla o Subterfugio) Nicolás Poblete maneja con maestría el suspenso, articulando un thriller psicológico con excéntricas figuras como protagonistas, y donde destaca una masculinidad áspera, que se vale del código opresivo y cortante del lenguaje de las fuerzas armadas”. (Andrea Jeftanovic)